Por Carla Del Valle.
Fama, éxito, lujos, dinero, joyas y todo aquello con lo que muchos sueñan, suele ser la realidad de muy pocos. Aún así, la fama no lo es todo, ni tampoco puede evitar la muerte y hoy te vamos a platicar de las muertes trágicas de algunos famosos.
Elvis Presley
Con tan solo 19 años saltó a la fama, pues su exquisita voz parecía ser la de un cantante de color, y no la de alguien blanco. Con él nació el rockabilly, un ritmo rápido, impulsado por un constante beat y que es la fusión de la música country y el rhythm and blues.
La vida de “El Rey” siempre tuvo un velo de misterio, porque se decía que era el sobreviviente de un parto de gemelos, y por ello su madre era tan sobre protectora, hasta el grado de seguir durmiendo en la misma cama aún cuando él era ya un adolescente.
Sus ojos profundos y su boca carnosa venían de la increíble mezcla de razas de sus antepasados, pues había en su árbol genealógico rastros escóces, irlandés, franco-normando y hasta cheroqui, pues su bisabuela pertenecía a dicha etnia.
Conoció a Priscilla cuando ella tenía tan solo 14 años y él 24. El flechazo fue tan intenso que desde entonces no se separaron y se casaron en 1967. Con una única hija, dicha unión solo duró 6 años, pues en medio de mutuas infidelidades se divorciaron.
“El Rey” se hundió en una profunda depresión que lo hizo abusar de varios medicamentos, pues su estado de salud era pésimo, dicho abuso le cobró factura el 16 de agosto de 1977, cuando su voz se calló para siempre.
Murió de un infarto. Pero años después se supo que dicho infarto fue causado por el esfuerzo que hizo para poder obrar, y de esa forma tan decadente y trágica, fue como nos dejó uno de los mayores exponentes de la música.
https://www.youtube.com/watch?v=Wb0Jmy-JYbA
Marilyn Monroe
Dueña de una belleza increíble que hizo que Hollywood estuviera a sus pies, Norma Jeane Baker, verdadero nombre de Marilyn, tuvo una vida muy triste y desafortunada a pesar de tanta fama.
Sus padres se separaron cuando ella estaba en camino, así que sólo creció con su madre. Sin embargo, su madre padecía de ataques esquizofrénicos, y entonces el estado decidió que Marilyn viviera en hogares adoptivos.
Esta medida la perjudicó más de lo que ayudó, pues fue abusada sexualmente por primera vez a los 10 años y después a los 12, lo que la hizo insegura, callada y tímida.
A los 16 años tomó una decisión drástica: se casó con James Dougherty. Esta medida desesperada salvó a Marilyn de seguir en hogares adoptivos, y por algún tiempo fue una feliz ama de casa.
Al partir su esposo a la Segunda Guerra Mundial, Marilyn trabajó en una fábrica, y ahí fue descubierta por un fotógrafo quien tomó una imagen de ella trabajando, ese instante le cambió la vida para siempre pues dejó de ser obrera para convertirse en modelo.
El cambio de profesión le costó su matrimonio, y al poco tiempo era ya extra de cine, y aunque no le fue muy bien, así comenzó a escribir con letras su carrera. Fue paciente y en poco tiempo comenzó a protagonizar cintas para la Twentieth Century Fox, y era admirada alrededor del mundo.
Así fueron sus primeras cintas, encasillada como la rubia hermosa pero tonta. La realidad distaba mucho de dicha imagen. Al estar en la cima del éxito se inscribió en La Universidad de California para tomar clases de arte y literatura donde podía exponer a todas luces su gran inteligencia; mientras que en la pantalla sus interpretaciones fueron más serias.
Sus heridas de la infancia le produjeron una personalidad que iba de la depresión a los ataques de ira y pánico, sin contar la dependencia emocional que vivía con cada una de sus parejas, mismas que iban desde actores, dramaturgos, fotógrafos y políticos.
Hundida en una gran depresión, sus últimos años no fueron muy buenos en ningún aspecto, sobre todo en su salud, pues dependía de medicamentos para estar bien.
Aún así, entabló una relación fugaz con John Kennedy tres meses antes de morir. Monroe quedó prendada del Presidente, sin embargo, él le aclaró que nunca iban a tener una relación seria, lo que desencadenó en ella “una persecución” hacia él, la cual incluyó un affair con Bobby, el otro hermano Kennedy.
La madrugada del 05 de agosto de 1962, desnuda, con el teléfono en la mano y rodeada de barbitúricos, Monroe fue hallada muerta en su casa, las primeras investigaciones, y las cuales fueron sostenidas durante más de 50 años, coincidieron que se había suicidado, pero hace poco una nueva investigación dio cuenta de que lo más probable fue que murió asesinada y que el escenario fue manipulado para parecer un suicidio.
Lo cierto es que la verdad nunca se sabrá, y ahora solo podemos hablar de una hermosa estrella que brilló siempre en soledad.
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James Dean
A los 9 años pierde a su madre, para él el golpe fue devastador, pues ella era la única persona que podía entender su personalidad callada, tímida y melancólica. Después de esta desgracia, su padre lo envió a vivir con su hermana a Indianapolis.
Dean se adaptó a la vida cuatrera en la granja de su cuñado. Fue en ese entorno que conoció al Reverendo James DeWeerd quien se dice le inculcó el amor por las artes; pero sobre todo, le ayudó a desarrollar su seguridad y recia personalidad.
De mente brillante, obtuvo un lugar para estudiar en La Universidad de California. Ahí despertó su vena actoral totalmente. En 1949 se mudó a New York para estudiar en la prestigiosa academia Actor´s Studio donde comenzó a despegar como modelo, y después como actor.
El éxito le llegó de la mano del Director Elia Kazan, quien había trabajado con Marlon Brando en la famosisíma cinta “Un tranvía llamado deseo”. Su personalidad melancólica, mezclada con rebeldía, quedó como anillo al dedo para darle vida a Cal Trask en “Al este del Edén”. La interpretación de Dean fue de tal forma, que lo nominaron al Oscar como mejor actor.
De sus amores se sabe muy poco. Muchos aseguran que era bisexual, y que mantuvo una relación con Marlon Brando, pero este lo negó. Dean, se enamoró perdidamente de la actriz Pier Angeli, y estuvieron un tiempo juntos, pero la madre de Angeli no lo quería e hizo todo por separarlos.
Pier se casó, y el día de su boda James se presentó en su motocicleta y durante toda la ceremonia hizo tremendo ruido con ella. Se dice que Angeli fue el verdadero amor de su vida.
Después llegó “Rebelde sin causa”, que lo encumbró como el icono juvenil de la época, y lo perpetuó hasta nuestros días.
Dean tenía otra gran pasión, el automovilismo, mientras grababa “Gigante” compró un Porscher. Al terminar de rodar acordó con un amigo ser parte de su escudería en una competición. Antes de trasladarse al estado donde correría, encargó a su gato, que tanto quería, con Elizabeth Taylor, de quien era gran amigo.
Inicialmente iba a remolcar su Porscher, pero decidió trasladarlo andando en él. Así que el 30 de septiembre de 1955 Dean junto con su mecánico iba por la localidad de Cholame California, cuando un auto conducido a gran velocidad vino directamente hacia ellos.
Su mecánico Rolf Wütherich declararía que James trató de esquivar dicho auto sin éxito, muriendo instantáneamente al rompersele el cuello. Wütherich salió disparado y se rompió una pierna y la mandíbula, mientras que el estudiante que ocasionó el fatal accidente, sólo salió con la nariz rota y varios golpes.
La vida de James Dean solo duró 24 años,y solo filmó tres magnificas cintas para convertirse así en inmortal.